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El Mundo según Algar Vygotsky

Porque No Todos Pasamos Por Lo Mismo: Reflexiones Sobre La Depresión Y Las Frases Que Mejor Callar

Porque no todos pasamos por lo mismo, pero todos deberíamos aprender a callar un poco más cuando no tenemos ni idea de lo que es la salud mental.

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¡Buenas! Sé que no me extrañaron, pero aquí estoy, de vuelta. Porque, claro, como buena persona que sufre de depresión crónica, ¿qué mejor que hacer stand-up de esto a las 4 de la madrugada? Dos días me estuve preguntando si mi hermana, la licenciada en casi todo, tenía razón cuando, en medio de una pequeña discusión sobre mi depresión, soltó: “Casi todos pasamos por lo mismo”. Y yo, claro, pensando: “¿¿Casi todos??” O sea, de los 46 millones de argentinos, mi hermana se cruzó con 2,3 millones que tienen depresión (ese casi todos son solo el 5%). O sea, yo pensé que era el único con mala suerte… pero no, parece que mi hermana ganó y es la que más se cruza con deprimidos.

Así que, con café de por medio porque, obvio, no funciono sin cafeína (y no hay nada más triste que un depresivo sin café y algún recaptador de la serotonina), me puse a investigar para encontrar un dato que refutara o no lo que mi hermana decía con total autoridad. Y para mi desgracia, encontré que el 5% de la población en Argentina está afectada por depresión. Eso es como si, en la fila del supermercado, un 5% de la gente estuviera deprimida haciendo fila en la misma caja número 22 (chiste) ¿y me están diciendo que mi hermana se pone a hacer fila en esa caja? Tal vez mi hermana tiene la capacidad de atraer a todos los deprimidos del país, porque sinceramente, yo pensaba que mi depresión era algo único, como una marca registrada de la casa.

Y luego la OMS me da otra noticia: que la prevalencia de trastornos depresivos aumentó un 27,6% durante la pandemia. En Argentina pasó lo mismo. Es como si el COVID tuviera un hermanito llamado “depresión” que apareció para abrazarnos a todos en la peor época. Y claro, como si no fuera suficiente, el aumento afectó especialmente a mujeres y jóvenes. ¡Qué bueno, me siento tan acompañado, soltero, pero acompañado! ¿realmente mi hermana se cruzó con 2,3 millones de personas deprimidas, o tal vez ella también es un imán de tristeza? Porque si ese es el caso, que se ponga un cartel: “La licenciada en casi todo, especializada en atraer deprimidos”.

Lo que me da risa (y tristeza) es que muchas veces las personas, incluso familiares, creen que saben qué decir y sueltan frases como: “Todo pasa, no te preocupes, todos pasamos por lo mismo”. Y no, amigos, si no tienes una patología mental, por favor, aprende a callarte. Porque en ese momento no solo dudé de mí mismo, dudé de los 33 años que pasé sintiéndome como el culo. ¿Y qué pasó? Me sentí culpable por algo que no era mi culpa. Pero claro, todo el mundo tiene algo que decir. “Ay, no te preocupes, todos estamos mal”. ¡No! ¡Cállate! Si no vas a ayudar, mejor no digas nada. Y la infaltable “todos pasamos por lo mismo”, el problema es que los demás lo superaron y yo no quise… con mi café y mi depresión, claro. Pero no, no pasa, no todo pasa, y no todos pasan por lo mismo.

Ahora, hablando de días buenos… ayer mi hermana, la Lisa Simpson de la familia (porque es la única sensata en esta jungla de locos), me mandó un mensaje de cinco líneas que cambió mi día. Y créanme, en la depresión, si logras cambiar aunque sea un solo día, aunque sea un poquito, eso es un gran avance. Y de eso se trata, ¿no? Pequeños cambios, pequeños pasos y pequeños gestos. Un mensaje lindo, una palabra de aliento, hasta un café bien hecho. Eso es lo que necesitamos.

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Imagen que redirige

Así que bueno, me voy. Y espero que tengan un día… ¡un poquito menos mierda que el mío! ¡Nos vemos!